26 agosto 2021

LOS ROLLING STONES Y EL COMPÁS CONSTITUCIONAL




                             LOS ROLLING STONES Y EL COMPÁS CONSTITUCIONAL

* por José María Cabrera

El legendario baterista de los Rolling Stones, Charlie Watts, ha fallecido a sus 80 años, rodeado de su familia en un hospital de su natal Londres. Esa es la noticia que han reportado recientemente a nivel mundial los diferentes medios noticiosos del planeta.

Charlie, como miembro fundador de nada menos que los Rolling Stones, ha sido uno de los más icónicos bateristas del rock. Su carácter apacible, discreción y elegancia, lo distinguían enormemente de sus histriónicos compañeros, el vocalista Mick Jagger, y el guitarrista Keith Richards.

Literalmente éste baterista marcaba con gran exactitud tanto el compás musical como el equilibrio de egos al interior de los Stones, y dentro de ese espacio, los performances de los protagónicos Jagger y Richards, se desplegaban con absoluta libertad y estridencia. El resultado de ello: la interpretación de espléndidas canciones. Música en todo su esplendor.

Y es que marcar y respetar el compás, si se quiere crear música, es fundamental, pues si emitimos los sonidos a un ritmo acompasado, es decir, fuera del compás, tan solo generamos ruido. 

Y esa es también la gran importancia, para las Naciones como en la música, del respeto del compás constitucional, que de la misma manera que lo hizo Charlie con su potente batería, marca la Constitución para todos los actores políticos, las Instituciones e incluso la sociedad civil, quienes gozan, así como las notas musicales en el pentagrama, de absoluta libertad para desenvolverse, pero siempre respetando y observando ese compás de límites infranqueables que marca el orden constitucional democrático.

Respetar las prohibiciones constitucionales, y cumplir los múltiples deberes que ésta también nos impone, son el único requisito para ejercer de manera irrestricta nuestra libertad. La fatal consecuencia de desplegar acciones que no estén acompasadas con la Constitución, rompiendo con ella, es la generación de graves crisis democráticas, sociales e institucionales, es el de generar un auténtico ruido que solo continúa postergando las aspiraciones de paz y desarrollo de las sociedades.

Por el contrario, y al igual que en la música, si más bien respetamos el compás constitucional que marca nuestra Ley Fundamental, lo que generaremos como sociedad es orden y armonía sociales, que son esenciales para finalmente alcanzar la Paz y el desarrollo que tanto necesita Bolivia.

* @JoseMariaCabre es Abogado constitucionalista,

 Profesor de Derecho, y ex Procurador General del Estado

12 agosto 2021

LA DILATADA DIÁSPORA HAITIANA, HOY ATRAVIESA BOLIVIA


 

LA DILATADA DIÁSPORA HAITIANA, HOY ATRAVIESA BOLIVIA

* por José María Cabrera

Según datos de la ONU anteriores a la pandemia del Covid-19, una cantidad de 1.585.681 ciudadanos haitianos, equivalente a casi el 15% de su población nacional, ya habían emigrado.

Solo superada por la diáspora de venezolanos; la emigración masiva de haitianos es sostenida en el tiempo y creciente en cantidad desde aquel atroz terremoto del año 2010, uno de los más devastadores en la historia de la humanidad del cual se tenga registro, y que generó una primera gran oleada migratoria con destino primero hacía Chile y luego también al Brasil, naciones que por aquella época pudieron brindar a los haitianos oportunidades de trabajo, paz y prosperidad.

Habiendo transcurrido más de una década desde entonces, y recrudecida la situación económica, esta comunidad migrante, con los exiguos ahorros que pudieron granjearse y esta vez junto a su nueva prole - miles de niños y niñas haitiano-brasileñas y haitiano-chilenas - han emprendido un nuevo rumbo migratorio con el propósito de llegar a los Estados Unidos.

Ante la mirada perpleja de todas las Américas y del mundo, están realizando un gigantesco y muy peligroso periplo de miles y miles de kilómetros, sorteando a bandas delincuenciales, insalubridad, pobreza, abusos, estafas, climas extremos, fauna salvaje, y ante todo ello un hecho lamentable, pero real, es que muchos, incluidos los menores de edad, no lo lograrán.      

Su larga travesía inicia por diferentes vías y países de Sudamérica, lo cual también ha incluido su tránsito a través de las principales ciudades de Bolivia desplazándose por todo su eje de Este a Oeste, desde Puerto Quijarro en la frontera con el Brasil, emprendiendo la ruta hacia Santa Cruz hasta llegar a La Paz, y finalmente allí por la vía a Desaguadero continuar por el Perú para escalar hacia el norte hasta confluir por miles en Colombia, en un primer cuello de botella, en frente de la frontera con Panamá, donde intentarán atravesar el Darién, una de las más peligrosas selvas pantanosas del mundo, que como auténtica muralla natural, interrumpe todas las carreteras y vías entre ambos subcontinentes, siendo su densa vegetación el telón propicio y muy arriesgado para el paso irregular de miles de migrantes.

Los haitianos que logran este paso, tienen como nueva meta atravesar todo Centroamérica, Méjico y finalmente arribar a la ciudad fronteriza de Tijuana, segundo gran cuello de botella donde actualmente miles de ellos esperan y buscan la manera de poder cruzar hacia el territorio estadounidense.

¿Qué debemos hacer nosotros, aquí en Bolivia, frente a éste nuevo capítulo de la diáspora de Haití por nuestro continente? Sin lugar a dudas emprender todas las medidas y acciones humanitarias para auxiliar a éstos valientes ciudadanos, sobre todo a los menores de edad, ya que el simple hecho de ser migrantes, incluso con ingreso y tránsito irregular, no hace que pierdan su condición de personas y por ende siguen gozando de todos sus Derechos Humanos reconocidos y garantizados no solo por nuestra Constitución, que en su Artículo 14 es ampliamente garantista, igualitarista y universalista, sino también por todos los Tratados de DD.HH. del cual Bolivia es signatario.

La indiferencia frente a esta urgencia humanitaria no es una opción moral ni constitucionalmente aceptable, ni tampoco lo es el fácil recurso de las expulsiones expeditas que atentan contra el régimen legal y del derecho internacional de los refugiados en que también se constituyen los trabajadores migrantes por razones económicas.

La sociedad civil en su conjunto a través de sus diferentes organizaciones sociales: sindicatos, iglesias, asociaciones y otros, en primer lugar; y luego el gobierno nacional y los autonómicos; están llamados a emprender cuanto antes las diferentes medidas y acciones humanitarias, entre ellas: la prevención frente a múltiples estafas y redes de tráfico y trata de personas, proveerles asistencia sanitaria y de salubridad, otorgarles orientación y protección legal, y finalmente propiciar ya sea su salida por el puesto de frontera buscado, o en su defecto la posibilidad de su regularización migratoria.

La Solidaridad está mencionada en el Artículo 8.II de nuestra Constitución como un Valor que sustenta a Bolivia, y es precisamente en este tipo de circunstancias que el mismo debe ser puesto en práctica para la protección de quienes ahora nos necesitan.

* @JoseMariaCabre es Abogado constitucionalista,

 Profesor de Derecho, y ex Procurador General del Estado

03 agosto 2021

TOKIO ¿CUÁNTO VALEN LAS MEDALLITAS?


                                         TOKIO ¿CUÁNTO VALEN LAS MEDALLITAS?

* por José María Cabrera

Millones y millones de dólares es el costo que un país debe gastar sostenidamente durante varios años, para implementar y poner en marcha un sistema deportivo capaz de lograr que sus máximos exponentes se encuentren, finalmente, en condiciones de ganar una medalla olímpica.

Si esto es tan costoso, ¿vale la pena asignar estos recursos al deporte en vez de a hospitales, colegios, carreteras y tantas áreas de importancia para el bienestar y desarrollo de un país?

Sea dicho de paso, y esto no es un dato menor, nuestra propia Constitución Política del Estado, en su Artículo 105, ha establecido, nada más y nada menos, que garantizar los medios y recursos necesarios para la práctica del deporte competitivo, es una auténtica obligación financiera del Estado.

No obstante ello, y en perenne desobediencia a éste mandato constitucional, Bolivia, de modo muy distinto a lo hecho por las potencias olímpicas como EUA o China, e incluso a diferencia también de otros países de similar tamaño al nuestro, como Ecuador o Colombia, históricamente ha optado por ahorrarse esos recursos y más bien asignarlos a otros rubros, y precisamente por esa decisión, y no otra, nuestro país continua padeciendo una muy penosa e irremediable situación. Veamos cuál es esa realidad.

El simple hecho de que nuestros atletas jamás obtendrán preseas deportivas, finalmente resulta siendo una nimiedad si se cae en cuenta que la verdadera ganancia o pérdida de un país, al decidir destinar o no significativos recursos al deporte, es en realidad el temple y carácter que formará en toda su población nacional, inmersa en la masificación deportiva, de modo que lúdicamente sus ciudadanos podrán aprender a ser muy disciplinados, fijarse metas, trabajar duramente para alcanzarlas, sobreponerse ante las dificultades, respetar las reglas del juego y a los árbitros (lo que equivale a respetar las leyes y a las autoridades), desarrollar el espíritu competitivo, a trabajar en equipo, cooperativamente, a no visualizar al adversario de turno como un acérrimo enemigo que hay que aniquilar, a aprender de los errores, a soñar en grande, muy en grande, y aspirar a ser los campeones, los mejores del mundo.

Como se puede ver, por medio del deporte el Estado puede inculcar a su sociedad una amplísima gama de altos valores, lo cual no puede tener otro resultado que elevar los rendimientos en múltiples áreas, que la misma sociedad va obteniendo por sí misma a través del tesón de cada uno de sus individuos.

Además de ello, el gasto en deporte también conlleva múltiples beneficios en la salud mental y física de los ciudadanos, previniendo y aliviando todo tipo de enfermedades y, finalmente, es bien sabido que la opción de la juventud y la ciudadanía en general por el deporte, se constituye en una eficaz alternativa de sano ocio que previene vicios, alcoholismo y drogadicción. ¡Todo un paquete completo!, el mismo que nos permite caer en cuenta que las meras medallitas, son tan solo migajas en comparación al gran beneficio que han obtenido las Naciones que, a diferencia de Bolivia, sí han optado por la decisión de asignar un cuantioso presupuesto para formar mejores ciudadanos, y aunque no todos ellos logren colgarse una medalla olímpica, sin duda alguna serán ciudadanos de gran valía gracias a los frutos que la práctica del deporte ha dejado en ellos y ellas como una marca indeleble.

No se había equivocado nuestra Constitución, y mucha sabiduría condensa el mandato de su Artículo 105, cuyo propósito trasciende mucho más allá de la ganancia y acumulación de medallas, sino más bien al acrecentamiento de hombres y mujeres con muy altos valores y valía, para forjar un destino de gran bienestar y desarrollo para nuestra Patria boliviana.

* @JoseMariaCabre es Abogado constitucionalista,

                                                                  Profesor de Derecho, y ex Procurador General del Estado

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